¿Dónde he estado y qué me ha pasado?
Hace unos cuantos meses, en unas Jornadas sobre Prevención de Riesgos Psicosociales, me encontré con un antiguo compañero de estudios universitarios tras la cual ambos enfocamos nuestro desarrollo profesional hacia la prevención de riesgos laborales.
Siempre había
tenido un excelente humor, pero le noté muy preocupado y me confesó que había acudido al Congreso en busca de respuestas y orientación ante la situación que estaba viviendo en su empresa. Es Responsable del Servicio de Prevención Propio de una planta industrial en Madrid del sector metal donde prestan servicio 550 trabajadores.
A mi colega le preocupa la ocurrencia de accidentes, alguno grave, por lo que califica en primer momento como imprudencias, pero analizando hechos y situaciones está llegando a la conclusión de que algo más subyace en alguno de estos accidentes y comienza a estar preocupado por los Riesgos Psicosociales en su empresa y, concretamente, aspectos derivados de la salud mental de los trabajadores. Me dice que nunca había estado pendiente, y aún menos en la época de pandemia, de estos aspectos y se había centrado en la Seguridad del Trabajo y la Higiene Industrial, pero ya es consciente de que ha estado descuidando otro tipo de riesgos y causas de los mismos.
Me ha pedido ayuda y decido visitarle para enfocar su problema y estudiar algún caso concreto que nos dé pistas de cómo mejorar la situación y abordar un planteamiento global.
¿De qué medios dispone la empresa para evitar esta situación?
Cuando he visitado a mi colega me ha comenzado a hablar del caso que considera más significativo y que le puesto en alerta, pues acaba de conllevar un accidente con daños materiales y personales.
Se trata de un trabajador que ha confesado que atraviesa, desde hace unos 6 meses, una depresión que achaca, de modo poco preciso pero relaciona temporalmente con la situación de pandemia atravesada, a factores vinculados a su trabajo. Decidimos mantener una entrevista con él con la intención de conocer la situación y tratar de ayudarle, primero, y disponer de información más global sobre qué puede estar ocurriendo en el lugar de trabajo.
En primer lugar, se muestra reticente a compartir
su problema pues él mismo lo tiene estigmatizado y tiene miedo a qué puedan pensar sus compañeros sobre él. Pero se consigue crear un clima de confianza que le hace explicarse, cosa que parecía estar ansioso por hacer.
Nos dice que las personas cercanas que conocen el asunto no le dan importancia y que no quiere pedir ayuda profesional pues no cree que esté desequilibrado; pero ve como su problema se agudiza, que la depresión avanza y cada vez le cuesta más hacer una vida medio normal e incluso acudir a trabajar.
En el entorno laboral, donde era un trabajador muy considerado, todo empezó a cambiar y se le achaca una bajada sostenida de rendimiento y, en el entorno personal, tampoco las cosas van mucho mejor perdiendo cada vez más contacto social que incluso llega a estar generando problemas en su familia directa donde convive con su pareje y sus dos hijos adolescentes.
Hace un par de meses empezó a tomar tranquilizantes, que consigue por internet, sin ningún tipo de control médico que, en principio, le hacen sentir mejor de manera momentánea pero que nota que le afectan a la conducción y al manejo de equipos de trabajo como, por ejemplo, el puente grúa que debe utilizar diariamente. Todo ello, a pesar de que ha recibido información en la Empresa acerca de los peligros de conducir y manejar maquinaria bajo los efectos de medicamentos adversos en este sentido.
Piensa que su situación ha tocado fondo y decide comunicar su estado mental así como el consumo de tranquilizantes, ya que ha ocurrido un accidente al desprenderse una carga mal sujeta del puente grúa que estaba manejando. Se han provocado daños materiales en la caída de material y daños leves en la pierna de un trabajador sobre el que ha caído parte de dicha carga.
Esta conversación ha arrojado mucha luz sobre el problema de fondo y la posible extrapolación de un caso puntual a la situación global en estos aspectos en la Empresa.
Además de abordar el problema de este trabajador, que decide ponerse en manos de un profesional, mi colega es ya consciente de que tiene que hacer algo para cultivar el bienestar emocional en la empresa y la importancia de visibilizar y desestigmatizar los problemas de salud mental. A tal fin, decide:
- Realizar desde cero una evaluación de riesgos psicosociales en la planta mucho más completa y profunda que la que tenían hecha hasta ese momento.
- De forma paralela y con la colaboración del Departamento de Recursos Humanos, la empresa decide apostar firmemente por el bienestar emocional de sus trabajadores implantando acciones para la mejora del bienestar emocional, como talleres de mi
ndfulness, talleres de gestión del estrés, planes de conciliación laboral y personal o la posibilidad disponer del acceso a una consulta psicológica subvencionada por la empresa.
- Como complemento a lo anterior, se ha decidido implantar cartelería vinculada a aspectos de riesgo psicosocial así como enviar mensajes periódicos de concienciación a cada trabajador en este sentido con el objetivo de visibilizar estos problemas.
¿Qué resultados se han obtenido?
Han transcurrido 6 meses desde la implantación de estas medidas y decido visitar de nuevo a la Empresa para conocer de primera mano cómo ha evolucionado este asunto, aunque soy consciente de que son temas que requieren mucho más tiempo para observar cambios sensibles.
- En primer lugar, gracias a la evaluación de riesgos psicosociales, se han podido detectar aspectos sobre los que hay que actuar de forma más inmediata y un plan que nace con el compromiso de adoptar las medidas que sean necesarias por parte de la Dirección de la Empresa. Entre ellas atajar y solucionar ciertos casos de mobbing detectados y reorganizar las tareas para reducir la carga de trabajo que sufrían determinados pu
estos así como apostar firmemente por el bienestar emocional.
- El Departamento de R
ecursos Humanos ha realizado un nuevo Estudio de Clima Laboral que ha arrojado resultados sensiblemente mejores del realizado hace 2 años.
- Desde la implantación de estas medidas y del nuevo Protocolo de Acoso Laboral no se han registrado más casos de acoso laboral, aunque el Protocolo se haya activado en una ocasión.
- La tasa de absentismo se ha visto reducida en un 12% en relación al semestre anterior y en un 14,2% en el mismo período del año anterior.
El trabajador con el que iniciamos la acción está saliendo de la depresión, colabora con la Empresa en visibilizar y desestigmatizar la salud mental en la Empresa y mi colega empieza a tener el buen humor de siempre…
“Cualquier parecido con la realidad NO es pura coincidencia”
