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¿Qué forma de comunicar es la adecuada?

Siempre hemos escuchado la frase “para gustos, colores”, y esto se aplica de manera muy clara a la comunicación. No podemos comunicarnos de la misma manera con todas las personas, ya que cada situación y cada individuo requieren un enfoque distinto. Por ejemplo, no nos expresamos de la misma forma en el ámbito laboral que en una situación social, como en un bar. Del mismo modo, la forma en que nos dirigimos a un niño es diferente a cómo lo haríamos con una persona mayor. Adaptamos nuestro lenguaje, tono y estilo dependiendo del interlocutor y el contexto.

Esto nos lleva a reflexionar sobre la comunicación en áreas críticas como la salud, el bienestar y la prevención de riesgos laborales. ¿Por qué en estos ámbitos tan importantes no se hace una distinción clara entre sectores o tipos de trabajadores? El error radica en asumir que un único enfoque comunicativo es válido para todos. Sin embargo, la realidad es que cada sector, cada entorno laboral y cada grupo de trabajadores tiene sus particularidades, y no adaptar la forma de comunicar a estas diferencias puede tener consecuencias graves.

Un claro ejemplo de este problema es la elevada tasa de siniestralidad laboral, que en muchos casos sigue en aumento. Uno de los factores que contribuyen a esto es la falta de una comunicación adecuada, personalizada y práctica. A menudo, la información se transmite de manera teórica, sin tener en cuenta las circunstancias reales a las que se enfrentan los trabajadores en su día a día. No se trata solo de transmitir conocimiento, sino de hacerlo de una manera que sea comprensible, relevante y aplicable para quienes la reciben.

La comunicación debe ser eficaz, práctica y, sobre todo, adaptada a las necesidades específicas de cada sector y tipo de trabajador. De lo contrario, se corre el riesgo de que los mensajes no sean entendidos o no se tomen en serio, lo que aumenta las posibilidades de accidentes y problemas de salud. Por tanto, es crucial que en el ámbito de la prevención de riesgos laborales se tome en cuenta la diversidad de situaciones y personas para garantizar que el mensaje llegue de manera efectiva y cumpla con su objetivo de proteger a los trabajadores.

Un aspecto clave que influye en la atención de los trabajadores es quién les comunica la información. Hay una notable diferencia cuando es un compañero del mismo equipo quien les advierte sobre peligros o señales que pueden afectar su salud. Delegar pequeñas dosis de información en los propios trabajadores es una estrategia altamente asequible y efectiva. Esto es evidente, por ejemplo, cuando en las formaciones se elige a un compañero de trabajo como voluntario para explicar algo. En ese momento, el cerebro de los demás se activa y prestan más atención. La razón es sencilla: el hecho de que una persona de su mismo entorno, con las mismas condiciones, y que también se enfrenta a los riesgos diariamente, les hable, genera un impacto mayor. Este tipo de comunicación es mucho más atractiva porque está respaldada por una empatía auténtica y profunda. Los trabajadores ven en su compañero un ejemplo real, alguien que no solo transmite información teórica, sino que les aconseja desde una perspectiva compartida y entendida de manera genuina. Este enfoque hace que el mensaje sea no solo escuchado, sino también comprendido y aplicado con mayor eficacia.

La respuesta a la pregunta de una comunicación eficaz en la prevención de riesgos laborales radica en adaptarla a las circunstancias de cada trabajador, haciéndola práctica, comprensible y, sobre todo, cercana. Delegar información en los propios empleados y utilizar ejemplos reales dentro del equipo no solo mejora la receptividad del mensaje, sino que fomenta un ambiente de confianza y empatía. Al final, la seguridad en el trabajo no depende solo de las normativas, sino de cómo logramos que esas normativas sean entendidas, valoradas y aplicadas en la realidad diaria. Solo a través de una comunicación ajustada a las personas y al contexto podremos reducir la siniestralidad y mejorar el bienestar de los trabajadores.

En PrevyHub, somos conscientes de la importancia de este enfoque. Nos especializamos en la comunicación estratégica de la prevención de riesgos laborales, personalizando los mensajes y herramientas para que se adapten a las necesidades de cada sector y trabajador. Sabemos que la seguridad en el trabajo no depende solo de cumplir con normativas, sino de cómo conseguimos que esas normativas sean entendidas, valoradas y aplicadas. A través de una comunicación ajustada a las personas, contexto, sector y tema a tratar, en PrevyHub ayudamos a reducir la siniestralidad y mejorar el bienestar de los empleados, contribuyendo a un entorno laboral más seguro y eficiente.

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